martes, 12 de agosto de 2014

Personas y máquinas, del hardware al software

Hay cierta similitud entre el avance de las personas y los ordenadores en estos últimos 60 años. Allá por los años 50 los científicos nos informaban de la correlación entre el ejercicio físico moderado y la buena salud. A partir de entonces comenzamos a cuidar nuestro hardware.
Prácticamente en esa época comenzaban los primeros ordenadores en las oficinas y los hogares. Primaba el hardware. Se trataba de tener la máquina más potente, IBM marcaba el paso a sus competidores. Una vez superado el hardware, cuando las prestaciones de los ordenadores dejaba de ser un problema,  el software se abría camino.
Algo parecido nos está ocurriendo (o debería ocurrirnos) a las personas. Habiendo integrado que el deporte moderado mejora nuestra salud (superado el hardware), estamos comenzando a darnos cuenta de que tenemos que prestar más atención a nuestro software: las emociones.
El S-XXI será el siglo donde la conciencia de nuestras emociones, la inteligencia emocional, las sensaciones, nuestra salud mental, la percepción, las relaciones sociales, la interactuación humana (real o virtual) tendrán un espacio primordial en la vida de las personas.
¿Y si lo trasladamos a la educación? Hace tiempo que disponemos del hardware: mobiliario, pantallas digitales, cuadernos (o tablets), incluso contenidos. ¿Para cuándo el software?