miércoles, 16 de enero de 2013

LA TRILOGÍA EDUCATIVA


Hay dos elementos en la educación del niño que son fundamentales: LA FAMILIA y EL COLEGIO. Junto con el propio NIÑO configuran una trilogía en la que lo ideal es que todo funcione; es decir, que el niño no tenga dificultades de aprendizaje, se encuentre en el seno de una buena familia y acuda a un buen colegio. Si esto no fuera así, y uno de los tres agentes fallase, los otros dos se complementarían para seguir sustentando la educación. 

  • Si la FAMILIA no responde, pero el NIÑO no tiene dificultades académicas y el COLEGIO le educa y acompaña, entonces se podrá dar aprendizaje.

  • Si falla el COLEGIO, pero el NIÑO tiene aptitudes y la FAMILIA está pendiente de su aprendizaje y educación, al final irá superando el currículo, y también se dará aprendizaje.

  • Si el NIÑO tiene dificultades, pero detrás hay una FAMILIA y un COLEGIO responsable, ambos coordinados, trabajando por y para el niño, también se dará aprendizaje.

Si dos elementos fallan a la vez, el aprendizaje* es prácticamente imposible:

  • Si falla LA FAMILIA, y EL NIÑO tiene dificultades, entonces el profesorado (COLEGIO) se verá impotente para llevar a cabo su educación. En más de una ocasión hemos comentado en los claustros docentes la imposibilidad de avanzar con un alumno con dificultades porque nos faltaba el apoyo de la familia.

  • Si el NIÑO tiene aptitudes pero crece en una FAMILIA que no favorece su desarrollo, y acude a un COLEGIO"deficitario" en términos pedagógicos (no ofrece al niño modelos educativos, normas, marco básico de protección afectiva y emocional...etc). El niño se verá inmerso en entornos no formativos y buscará otras fuentes de afectividad y seguridad. 

  • El escenario más dramático se da cuando un NIÑO con dificultades asiste a un COLEGIO deficitario. La FAMILIA, consciente del problema, quiere poner los medios pero la falta de coordinación y orientación por parte del colegio no facilita nada su trabajo. Las necesidades del niño no se verán adecuadamente atendidas, por lo que es muy probable que fracase.

Por terminar, el único que sale ganando o perdiendo de esta relación es el que menos responsabilidad tiene. Pongamos de nuestra parte, docentes y familias, cuanto sea necesario.

*aprendizaje: entendido como avance en aspectos curriculares y de competencias. El aprendizaje es continuo, siempre se aprende del contexto al que hay que adaptarse.

DESAPRENDER PARA APRENDER A ENSEÑAR


Todos estamos de acuerdo en que los tiempos han cambiado. Ahora vivimos en una aldea global donde impera la tecnología. Atrás quedan los tiempos  de la escuela prusiana del despotismo ilustrado y  del modelo educativo de la revolución industrial. 
Sí, los tiempos han pasado, pero la educación que hemos recibido es reflejo directo de esa época: valoración de contenidos y temeroso respeto a un profesor-juez, fuente del conocimiento.
Modelo educativo que los docentes repetimos curso tras curso. Podemos tener una pizarra digital en el aula en vez de una pizarra de tiza, pero en el fondo no cambiamos la metodología. El modelo de nuestros padres, nuestro modelo, el modelo de siempre ha calado en los huesos del sistema y "es lo que hay que hacer". 
No tenemos más que ver los alumnos de prácticas que vienen de los nuevos grados de magisterio, ninguno se extraña de cómo estamos enseñando en las aulas, no tienen un modelo crítico con el que comparar y proponer mejoras, porque en la misma universidad también se repite el modelo educativo estandarizado, se trata de un modelo continuista.
No deja de ser llamativo que envíen a los estudiantes a los colegios a aprender cómo se enseña.

Creo que, todos los  que nos dedicamos a  la educación, deberíamos DESAPRENDER para poder enseñar. Deberíamos liberarnos de las ataduras de un sistema educativo obsoleto que no forma a los jóvenes ni para el mañana ni siquiera para el hoy.
Las sociedad demanda trabajo en equipo, liderazgo, formación continua, empatía, inteligencia emocional, adaptación a los cambios, trabajo en red, competencias... ¿Cuánto de todo esto estamos enseñando? ¿Entran en nuestros criterios de evaluación? 
¿Dónde caben aquí los 15 temas del libro de texto? ¿Cuánto vale un diez en un examen de contenidos que olvidará en menos de una semana? 
¿Hay algún tema del que no se puede encontrar información en la red? Entonces, si la información ya no depende del profesor, ¿Cuál es la función de éste? ¿Evaluar contenidos?


El problema es que no se puede enseñar lo que previamente no se ha aprendido. Por tanto reflexionemos,  desaprendamos, aprendamos y eduquemos. Difícil tarea. Manos a la obra.


LA INFANCIA PERDIDA


Perder la infancia es una de las cosas más tristes y duras que pueden pasar en la vida. Existen leyes que protegen a todos los niños del mundo sobre cualquier atentado al derecho de ser niño y crecer como tal.  Hablando de perder la infancia nos vendrán imágenes de niños soldado, de niños obreros y de muchos otros que no pueden disfrutar de su niñez porque su estatus, gobiernos, familias, y situación geográfica (haber nacido un poco más al sur) no lo permiten.
Pero también en esta parte del hemisferio, más desarrollada y con todos los derechos del mundo bien aprendidos tenemos fallos.  Fallamos los docentes junto con las familias en la protección de esa infancia, sobrevalorando los aspectos académicos por encima de los talentos o motivaciones de los niños.

Hay niños a los que se les viene el mundo 
encima cada vez que sus profesores mandan tarea para casa. Lo que los docentes han considerado "un rato" para alguno de estos niños puede suponer varias horas de trabajo. 
Todo ello puede ir a peor si le acompaña un progenitor ansioso, histérico, perfeccionista, o que tienda a comparar al niño con sus hermanos o amigos haciéndole ver "su diferencia".
Puede que el niño disfrute (y destaque) en música, en teatro, practicando algún deporte, o pintando cuadros. Todo lo que puede hacer que se sienta bien consigo mismo, algo en lo que se encuentra a gusto y le ayude a crecer pensando que puede hacer cosas bien, y además disfrutar de ellas. Pero no puede ser, porque no hay tiempo. Todo el tiempo lo ocupan las tareas escolares. El objetivo principal es  llevar los deberes bien hechos y la lección aprendida. Esa es la llave de su futuro (¿?)
Con el tiempo estos niños acaban asumiendo su rol impuesto. Creerán lo que les hemos dicho todos los días, quizá sin palabras pero sí con los hechos. No hay tiempo para más actividad que la escolar y deben asumir que después de las seis horas de colegio hay que trabajar duro en casa. 

Es vital que todos los niños tengan espacios fuera del ámbito escolar, donde el disfrute sea completo e interno. Lejos del rol en el aula y la evaluación de los adultos.


"Todos los niños tienen derecho al esparcimiento, el juego, la creatividad y las actividades recreativas" (Derechos de la infancia) 


Artículo dedicado a P.M. (no lo conseguí).